Axel

Axel, querido:

Tú eres un niño muy pequeño aún para saber muchas cosas de la vida y te enfureces y te derramas en mares de llanto porque una pequeña te dice que no eres Bob esponja, que eres Patricio, y peor tantito, como no dejas de llorar y quieres golpearla ella te dice con sorna "Patricio chillón, Patricio chillón".

Axel, ¿qué hay detrás de tu llanto, detrás de tu furia? nos preguntamos ¿qué hay detrás de tu incapacidad de jugar y decirle a tu primita que ella no es "Arenita", como ella quiere ser y seguir el juego?

Nosotros quizá lo sabemos, quizá nos atrevemos a conjeturar y decir: Axel es un niño caprichudo que necesita unas nalgadas o un castigo para entender, para jugar con el mundo, para interactuar con las otras personas.

Pero, ¿es cierto?

En tu mundo de infancia estás un poco solo Axel y no es fácil desenredar la madeja de lo que somos, de lo que son nuestros padres, de lo que son nuestros primos.

Por eso te escribo esta carta para el futuro, con la esperanza de que cuando la leas sepas que algunos intentamos penetrar en tu mundo "por la buena", que quisimos abrazarte y dejar que gritaras hasta que tu llanto se convirtió en risa, en alivio, en una pequeña parcela de paz reconquistada.

Te queremos, Axel, no lo olvides.

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