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Mostrando entradas de julio, 2008

Triptico

1.- El pasado Como el desierto, como una frase que nunca se dijo, Lot camina sin mirar hacia atrás Nosotros confiamos En que su mujer desvanecida y salada pero no muda, lance un grito mientras llora el camello a su lado y un ángel deposita sobre sus hombros el futuro 2.- Alegría Imagina un fuego pasando de mano en mano, como sello para el corazón Imagina una margarita indestructible y un campo caminado en silencio reanudando la amistad Sueña que los manteles de la mañana cantan, ascienden, hablan, alba, graciosamente Confirma que la sonrisa se despierta en la noche Y dice serenamente: soy tuya 3.- Paraíso El hombre y la mujer estrenan libertad de nombrar a las cosas y poseerlas. Desnudos de sí mismos dialogan. Respira el aire infancia, adolescencia Y nos paseamos entre poderosos árboles sin saber del trabajo y la muerte. El día abre sus manos Después habrá una espada de fuego unos ojos de lumbre, unas palabras que marcarán largas temporadas de silencio. Ahora, nosotros, nostálgicos

El eterno sapo

Alguien se comió un sapo que fue digerido largamente en Navidades, cumpleaños y otras fiestas. Entró a nuestras conciencias como un “perfecto buceador” y todos fuimos “apenas una hoja de loto que palpita, de toda la creación un bicho feo” pero todo está bien, todo es perfecto, los años han pasado y el poema del sapo sigue siendo ese espejo donde todos vamos aprendiendo a mirar la belleza, nuestra propia belleza no importa lo vulgar y cotidiana que parezca.

La luz en una hilacha de agua

“...y la verdad os hará libres”. San Juan I La verdad como sol deslumbrante quemando los ojos del caballo el desboque inminente y la luz abriéndose paso sin sectarismos el espacio es de aire leve y palabras contundentes. Profeta y otros ojos viendo lo que ayer fue placer. Hoy es ceniza. Mirados por él se despiertan los gallos, donde las madrugadas negaron el amanecer. II Centinela la tarde se sienta en el brocal del pozo oye hablar al forastero, extraño en estas tierras de sandalias gastadas las hilachas de vida se deslizan en el hilo del agua. Cinco maridos y la piel amasada en el vacío, la piel del aire que necesita agua la piel del desierto ahíta de sol. III Somos nosotros un proyecto sin forma palabras que ahuecan su sombra sin encontrar al otro el tiempo es un pródigo chorro que corre libremente por las venas del aire moribundo de ayer. De Los tiempos del caracol, 2002

David o la perfección

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A Yolanda: Perfectísimo, estás hecho de tiempo pero también eterno, aguardas sin la impaciencia común a los mortales Inmensamente suave ,dibujas en ti mismo los músculos del bíceps del tórax, de las piernas Todo puede decirse de ti todo puede escribirse sin temor a parecer obscenos La armonía que fluye de tu centro viril es dionisiaca sin embargo, reposa entre tus piernas se reclina en tu espalda y tu cabeza corona de nobles pensamientos ¡ Ah, poderoso¡ estás hecho de todas las frías suavidades del mármol y aún te llena la calidez de mis palabras.

Sobre los ángeles II

Sobre los ángeles II ¿Qué relación hay entre los ángeles y el hombre? Si escuchas a un ángel, no sabes si es principio o es fin o que combinaciones imposibles te sugieren sus alas su voz armoniosa parecida a los ruidos cotidianos de los niños a sus llantos a sus caídas a sus grandes pleitos en un vaso de agua No sabes si vas a continuar oyendo el rebotar de sus pelotas el tric- trac de los grillos los cohetes lejanos o si -de pronto- va ocurrir un milagro No sabes si el día terminará en cena, televisión y buenas noches o si un revuelo de alas convertido en misterio de luz se revelará en un poema.

Sobre los ángeles

Sobre los ángeles I Sus siluetas de luz rasgan el aire con espadas flamígeras custodian los misterios de la vida Tú no puedes tener un ángel en la palma de tu mano sin notarlo. Son como anillos de luz para tus dedos o entrecierran tus ojos en las tardes calmadas ¿son monógamos, los ángeles? ¿Envejecen, tal vez, como nosotros? Se adivina que en su espaciosa eternidad han comenzado a dialogar con el tiempo. de Los tiempos del caracol , 2002

Primero,lo primero

VÁYASE AL CHAMUCO La siguiente anécdota me la relató una viejecita a la que le di unos pesos cuando tocó a mi puerta y me explicó que venía de un asilo, porque les habían dado oportunidad de solicitar esta ayuda como parte de los festejos de año nuevo. Ella llevaba una sudadera azul eléctrico que le había pedido prestada a su compañera, lo cual le daba un aspecto agradable a pesar de su paso tembloroso y encorvado, además sabía cómo hacer llegar su mensaje a las personas que abrían las puertas de sus casas interrumpiendo sus trabajos. Hablaba con voz clara y exponía con rapidez su procedencia y su petición. Esto la congraciaba con todo el mundo y generalmente obtenía buenos resultados. Sin embargo, su compañera, que se sentía apenada y enojada por tener que recurrir a este método para recabar unos pesos, le reclamó: --Déme mi sudadera, yo no sé cómo es que usted tiene tanta suerte, le acaban de dar diez pesos, mientras yo no llevo nada . --¡ Ay, no sea usted mala, no ve que el suéter q

Aquellos veranos en "La Purísima"

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Este tiempo de vacaciones largas, con sus tardes lluviosas, su calor, con los nietos que de repente pueblan la casa como demonios enjaulados, suele tener sus ratos de descanso misericordioso. Ratos en los que la memoria recupera el fulgor de un pasado en el que fuimos felices sin preguntar por el futuro. En esos momentos, algo dentro de nosotros suele volver a cantar: No terminan, nuestros sueños jamás terminan nuestro amor ha de ser feliz un infinito sin temor de despedida, sin final, eternamente. Mi corazón será siempre tuyo, tú serás mi vida, mi gran amor, tra, ra ra .... Raquel, nuestra prima, venía cada verano a México, más bien dicho a Aguascalientes, o todavía más, venía a la calle San Luis, al barrio de La Purísima, a la casita de mi abuelita Leonor. Cada verano era una fiesta. La calle olía a tierra mojada, Raquel olía a limpieza, a muchacha morena de pelo negro y lacio. Raquel era más que una fiesta, era toda una alegría. Tenía la piel suave, un vellito fino le cubría los br

La mínima poesía

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¿sabes quién vino a visitarte? la mínima poesía, la pelota rodando y las flores rendidas, después de saludar al aniversario o quizá tú que cumples años de princesa o cenicienta con zapatillas rotas, que corren, que sollozan, si no pueden abrazarte

Ramón Xirau, "Gradas"

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Pintura de Bruegel Frente a este poema el silencio sube de grada en grada. Las estrellas nos miran lentamente cierran sus ojos las bahías. El arco de luz cerca los cabos en la ruta del fuego, foques, banderas en las barcas, fosco el fuego atónito de las naranjas, en el aguanueva de los naranjales. Las bridas de caballos pensados, pesados, imaginados, lentamente nos guían igual que las estrellas, cobarde noche, no puede con nosotros tu oscuridad de marivientosy raíces en el acantilado. Ah, todo canta, canta en las encrucijadas del desierto: arco breve del mar. Calamar, astro-nieve, lentamente me deslumbran (el sol en las espumas hace castillos breves de marinieve y trigo). Los labriegos se mueven ?leve moverse? Como en casa de Brueghel, como Los ríos se mueven; no, que se anudan en las pinturas altas de balcones abiertos, en las huellas en un sueño que reflejan las purísimas aguas de un ojo que no veo ni puedo ver con ojos carnales, oh d