Primero,lo primero

VÁYASE AL CHAMUCO

La siguiente anécdota me la relató una viejecita a la que le di unos pesos cuando tocó a mi puerta y me explicó que venía de un asilo, porque les habían dado oportunidad de solicitar esta ayuda como parte de los festejos de año nuevo.
Ella llevaba una sudadera azul eléctrico que le había pedido prestada a su compañera, lo cual le daba un aspecto agradable a pesar de su paso tembloroso y encorvado, además sabía cómo hacer llegar su mensaje a las personas que abrían las puertas de sus casas interrumpiendo sus trabajos. Hablaba con voz clara y exponía con rapidez su procedencia y su petición. Esto la congraciaba con todo el mundo y generalmente obtenía buenos resultados. Sin embargo, su compañera, que se sentía apenada y enojada por tener que recurrir a este método para recabar unos pesos, le reclamó:
--Déme mi sudadera, yo no sé cómo es que usted tiene tanta suerte, le acaban de dar diez pesos, mientras yo no llevo nada .
--¡ Ay, no sea usted mala, no ve que el suéter que traigo abajo tiene un hoyo en la espalda.
¿ Cómo se la voy a dar? Mire, mejor vamos a la tienda, cambiamos el billete y le doy la mitad.
Nunca esperó la airada reacción de la otra:
-Sólo eso me faltaba, que una limosnera me diera caridad, váyase al chamuco.

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